En sus primeros años, La Casa del Abuelo empezó a ser famosa por sus rosquillas y su vino dulce. También por el amor de los camareros al local, quienes, a pesar de no superar los 13 años, a veces llegaban a dormir allí. Llegaron los años 20 y 30, y con ellos, la idea de su fundador de ofrecer bocadillos a sus clientes.
Luego llegaron las gambas y de una manera o de otra, su sabor era delicioso, tanto que, La Casa del Abuelo alcanzó la nada despreciable cifra récord de 306 kg de gambas a la plancha servidas en un solo día.